Manuel Castells cuenta en Elpaís.com, una de sus investigaciones más reciente, el Proyecto Internet Cataluña, en el que durante seis años ha analizado, mediante 15.000 entrevistas personales y 40.000 a través de la Red, los cambios que Internet introduce en la cultura y la organización social. Acaba de publicar, con Marina Subirats, Mujeres y hombres, ¿un amor imposible? (Alianza Editorial), donde aborda las consecuencias de estos cambios.
En su estudio, señala que las personas que más chatean son las más sociables, ya que Internet es un instrumento de libertad y de autonomía aunque el defecto que tiene, es que no se puede controlar, como mínimo controlar.
Señala que el nivel educativo, el acceso al trabajo y a la carrera profesional será lo más determinate de la vida social y económica, por lo que su acceso no será el principal factor de exclusión en el futuro.
La nueva sociedad, la intenta definir teóricamente con el concepto de sociedad-red, donde todo está articulado de forma transversal y hay menos control de las instituciones tradicionales.
Internet aumenta la incertidumbre, pero al mismo tiempo es un instrumento clave para la autonomía de las personas.
Las instituciones centrales de la sociedad, el Estado y la familia tradicional, ya no funcionan porque:
1 - La gente piensa que sus gobiernos no la representan y no son fiables.
2 - Hay desconfianza hacia el mercado.
3 - Estamos globalizados, nuestro dinero no lo controlamos y es más dificil que la sociedad se centre en una misma cultura.
Destaca que hay un desfase enorme entre la capacidad tecnológica y la cultura política, ya que el sistema político no está abierto a la participación, y estas nuevas tecnologías lo que hacen es distanciar todavía más la política de la ciudadanía porque no está abierto a la participación, al diálogo constante con los ciudadanos y a la cultura de la autonomía.
En su estudio, señala que las personas que más chatean son las más sociables, ya que Internet es un instrumento de libertad y de autonomía aunque el defecto que tiene, es que no se puede controlar, como mínimo controlar.
Señala que el nivel educativo, el acceso al trabajo y a la carrera profesional será lo más determinate de la vida social y económica, por lo que su acceso no será el principal factor de exclusión en el futuro.
La nueva sociedad, la intenta definir teóricamente con el concepto de sociedad-red, donde todo está articulado de forma transversal y hay menos control de las instituciones tradicionales.
Internet aumenta la incertidumbre, pero al mismo tiempo es un instrumento clave para la autonomía de las personas.
Las instituciones centrales de la sociedad, el Estado y la familia tradicional, ya no funcionan porque:
1 - La gente piensa que sus gobiernos no la representan y no son fiables.
2 - Hay desconfianza hacia el mercado.
3 - Estamos globalizados, nuestro dinero no lo controlamos y es más dificil que la sociedad se centre en una misma cultura.
Destaca que hay un desfase enorme entre la capacidad tecnológica y la cultura política, ya que el sistema político no está abierto a la participación, y estas nuevas tecnologías lo que hacen es distanciar todavía más la política de la ciudadanía porque no está abierto a la participación, al diálogo constante con los ciudadanos y a la cultura de la autonomía.
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